A lo largo del blog hemos hablado mucho de la belleza. De si las personas nos obsesionamos mucho con eso, que si es efímera...
¡¡Pero no todo es la belleza física!! Y para muestra unos cuantos ejemplos:
La Torre de Belem (Lisboa) puede ocupar perfectamente la portada de cualquier revista. Y esta simple flor, hecha con una servilleta de una cafetería, merece también ese ansiado calificativo.
Artes como la pintura no se quedan tampoco atrás:

El jardín de las delicias, de el Bosco.

El romanticismo de Caspar David Friedrich, Caminante sobre un mar de nubes.
Hay miles de ejemplos con los que seguir: paraísos terrenales (con sus playas o no), monumentos impresionantes, rincones con encanto... Sólo hay que saber apreciarlos.
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