Stephanie se mira en ese espejo que tiene delante, desde donde la contempla una mujercita desconocida.
-"¿Quién es esa?"- se pregunta- "¿Y por qué no deja de mirarme?"
Su madre le mira sonriente. Stephanie nunca llegará a saber lo orgullosa que su madre está de ella. De verla con esos tirabuzones dorados, con esos labios brillantes y repletos de "gloss" y esos párpados ahumados que le acentúan los ojos azules.
Stephanie nunca llegará a percatarse de todo lo que hay detrás de un simple programa infantil como al que su madre le ha presentado. No ha conocido aún a ninguna niña de su edad, aunque las ve por todas partes. Sin embargo, ninguna habla con otra, sólo se miran, se evalúan como posibles competidoras y se marchan a que les den un poco más de maquillaje. El gran desfile está cerca. Y pensar que Stephanie pensó en traerse a su muñeca.
- "Debí de estar tonta"- se dice- "Mira que querer jugar con muñecas..."
Y esto ya no es ficción. No es sueño o una broma. Esto es la realidad, es "Miss Litle Perfect", un programa estadounidense donde las madres se tiran de los pelos para poder hacer concursar a sus hijas. Un montón de niñas que dejan las muñecas de lado un tiempo para convertirse en las mejores representantes de la belleza actual. ¿Para qué perder el tiempo jugando en el parque? ¿Dónde quedaron los "polis y cacos" o las guerras de globos de agua? ¿Dónde?
(Fotografía obtenida de FlickrCC)
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